fragmentaria

Reflexión y no tanto

viernes, junio 16, 2006

Lo colectivo, la alianza y que chucha nos pasa...

Uff... Huele a humedad el blog. Pero bueno, días agitados en la pega (pinche mundial). Quejas aparte, hoy vuelvo.

Una vez más la tesis nutre de conocimientos... Leyendo el libro "Alianza y Contrato" de Adela Cortina, en la que explica que existen dos mitos que sustentan las relaciones humanas, y como estas se constituyen. El mito bíblico, con todo el rollo de la alianza, y por otro lado, la historia del leviatan, y como esta instaura el contrato en la relación social. Con el potente interes de no ponerme latero, les cuento que en las relaciones de alianza son esas informales, que solo se media por la intersubjetividad, como son las relaciones familiares, las asociaciones voluntarias, los amigos, etc. También existen las relaciones de contrato, que establecen marcos claros de relación, pero sobre todo, medidas punitivas a aquellos que se alejan de esta norma. Estos son los aparatos sociales, como el estado, las organizaciones, y más. Obviamente ninguna de estas es tajante y determinante, existen matices. El punto es que la autora plantea que las relaciones de alianza se han sustituido cada vez más por relaciones contractuales, nuestra intersubjetividad se permea de códigos de conducta, y nos volvemos, por horroroso que suene, menos sujetos.

No se si ustedes ven esto, como las relaciones se han enfriado, y lo colectivo comienza a tomar matices más duros, y surgen extrañas imagenes, como el ejecutivo exitoso que descarga sus frustraciones en un hobbie que bien hace en robarle dinero, y bastante poco en unirlo a los demas. Y como todos me conoceran, los hobbies son en realidad un punto clave en mi vida (grande rolcito, grande) y ver como estos se desarticulan en espacios de silencio y no conectividad es algo preocupante.

Ya lo he dicho más de una vez, la falta de conectividad nos lleva inexorablemente a caer rendido antes los potentes influjos sociales de mirar adelante y producir, o más posmodernamente hablando, nos ayuda a ser sujetos orientados al logro. Basura. Lo que siento que nos falta es volver un poco atras (vamos avanzando, pero en realidad nos pasamos un par de pueblos) y reencontrarnos, juntarnos, hablarnos y volver al clásico proceso de reconstruirnos y de-construirnos...

Quedan pocos de estos espacios, y voy a parecer promocionando el boliche, pero creo que el bar es uno de estos combativos lugares de interacción, que nos permiten reconocernos un poco más, y que en definitiva, traen a flote nuevamente la alianza... entre birra y humo, es poco el contrato que se puede establecer (y como dicen, curao no cuenta). Pero espero que se entienda a donde voy, a esa conversación sin sentido que nos lleva a muchos lugares, a discutir los mismos temas, sin decir nunca lo mismo, a reformularse constantemente y ser una vez más esa cosa caótica y desestructurada que el inconsciente siempre nos recuerda que somos... CAOS y VIDA...

Como llege a esto, no lo se, pero una vez más., la coherencia nunca fue un objetivo central...

Volví a escribir, y no basta, pero seguiremos tratando... Abrazos a todos/as...

(puta que ando hippie)

(y se nota que no quiero terminar)

(Ya, ahora si...)

Chao